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El celoso dios griego

Sus pupilas se oscurecieron aún más de rabia, si es que eso era posible. —¿Recuerdas el accidente cuando volvíamos de la casa que compré para nosotros?

Mis ojos se abrieron de par en par. —¿Él estaba detrás de eso?

Él asintió, un músculo de su mandíbula se tensó. —Era él. Aunque yo era su objetivo...