Read with BonusRead with Bonus

Setenta y nueve

Julián y yo habíamos caído en una rutina. Y era agradable. Se había vuelto tan cómodo y tan seguro que me hacía sentir como en casa. Él era mi hogar.

Excepto ahora, porque estábamos peleando.

—Julián, no entiendo por qué estás tan preocupado por mi salud. ¡Estoy embarazada, no muriéndome! —exclamé...