Read with BonusRead with Bonus

Cincuenta y tres

Abro la boca para protestar. Pero luego no digo nada. Si se va ahora mismo, solo Dios sabe lo que nos pasará. Y no quiero que se vaya.

El doctor suspira, pero se pone a trabajar. Después del primer pinchazo, Julian se estremece y deja escapar un profundo y dificultoso suspiro.

Me acerco a él por m...