Read with BonusRead with Bonus

Cincuenta y dos

Julian me observa - con el vestido de novia y todo, y cae de rodillas. Se produce un silencio profundo y punzante. Todos nos están mirando. Yo lo miro a él.

No dice nada por un momento, y mi corazón está a punto de salirse de mi pecho. Doy un paso hacia él, "Julian, estás sangrando." Susurro en voz...