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Capítulo veintiuno

Raleigh

—¿De verdad no me vas a decir a dónde vamos? —pregunto por segunda vez desde que volvimos a subirnos a la camioneta hace veinte minutos.

Él solo se ríe y niega con la cabeza, sin apartar la vista de la carretera. Con un bufido, cruzo los brazos sobre el pecho y saco el labio inferior en un ...