Read with BonusRead with Bonus

Capítulo noventa y dos

Raleigh

—¿Quieres montar su verga, nena?— pregunta Lincoln, su voz áspera de deseo. Mis respiraciones salen entrecortadas mientras sigo acariciando la verga de Jackson, hipnotizada por las bolas de acero que recorren su grueso eje. Cuando Lincoln vuelve a hundir su verga dentro de mí, estoy tan abs...