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Capítulo 122 Haz una pausa completa

Pensando en todo esto, Sadie sintió un escalofrío recorrer su espalda. En su corazón, se recordó repetidamente no ablandar su corazón, sin importar cuán gentiles fueran las tácticas del acompañante masculino... ¡absolutamente no!

—¡Todo listo!

Micah apagó el secador de pelo y le revolvió suavement...