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Capítulo 997

Quinn estaba acurrucada en el armario, con la cabeza enterrada en las rodillas, aún con la misma ropa. La sangre en su cuerpo se había echado a perder, desprendiendo un olor desagradable.

Alexander se agachó, tocó su hombro y la llamó suavemente:

—Quinn.

Quinn no respondió.

La empujó un par de v...