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Capítulo 732

No había un alma a la vista, ni siquiera un perro.

Quinn no sabía cuánto tiempo había estado corriendo, pero finalmente se quedó sin energía y se sentó débilmente al borde del camino.

El viento helado le picaba las orejas y las mejillas, y el dolor gélido en sus manos y pies era insoportable.

Abr...