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Capítulo 497

—¡Señor, me equivoqué! ¡Por favor, perdóneme! —El hombre no era tonto. El coche de lujo estacionado al borde de la carretera, junto con esa matrícula, mostraban claramente el estatus rico y prestigioso del dueño. Era alguien a quien no se atrevía a provocar.

Sentada cerca, Quinn miraba fijamente a ...