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Capítulo 291

Los dedos de Quinn se aferraron con fuerza a la tela de su manga, su silencio extendiéndose en una tensión palpable. Su mirada, fija en la de él, estaba llena de incertidumbre, sus emociones eran un mar tumultuoso que no podía navegar.

De repente, Alexander se levantó de su asiento, dejando a Quinn...