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Capítulo 148 Manos lesionadas

Sin saber si la encontraban molesta, algunos de los matones apretaron fuertemente sus porras y se acercaron a ella simultáneamente.

—No, no se acerquen... —La esposa del dueño del puesto agitaba las manos continuamente por el miedo, todo su cuerpo temblaba.

Abella se enfrentó a varios de los maton...