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capítulo 147 Nunca amé a Fiona

Penélope apretó los dientes con frustración. —Si te matara —replicó—, estaría firmando mi propia sentencia de muerte. ¿Quién en su sano juicio haría un trato tan perdedor?

Una leve sonrisa curvó los labios de Kelvin. —Pequeña fiera.

Desde su posición en el suelo, Kennedy preguntó cautelosamente: —...