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capítulo 145 El auricular perdido

Kelvin se inclinó cerca y murmuró en voz baja:

—No habrá negociación. Acepta los preparativos para el embarazo y podrás volver a la oficina. De lo contrario, te quedarás en casa como una dama de ocio; puedo permitirme cuidarte.

Esto era tan típico de Kelvin. Siempre forzándola a situaciones que ell...