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Capítulo 86 — Las rubias siempre se divierten más

—Dios mío —murmuro, con la boca llena de pastel de cangrejo, mis ojos casi rodando hacia atrás por lo delicioso que está—. Esto es... en serio, ¿cómo consiguen mariscos tan buenos en las montañas? ¡Sabe como si lo hubieran pescado esta mañana!

—Creo que así fue —responde Iván, igualmente concentrad...