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#Chapter 242: Las lágrimas de un amante

Moana

La mano de Edrick de repente cayó inerte. La sonrisa en su rostro se desvaneció mientras sus párpados se cerraban, y en ese preciso momento, sentí mi corazón romperse en mil pedazos.

—No... —susurré, con la garganta ya cerrándose—. ¿Edrick?

No respondió. Sentí un sollozo atraparse en mi gar...