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#Chapter 197: Directamente desde el corazón

Moana

Subimos las escaleras después de que el oficial de policía nos dejara. Cuando llegamos, Selina y las sirvientas estaban sentadas en el sofá y se levantaron de inmediato al escucharnos llegar.

—¡Gracias a Dios! —exclamó Selina, corriendo hacia mí y abrazándome—. ¿Estás bien? ¿Estás herida?

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