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Althaia

Damiano

—Los aislaremos a partir de ahora y los mantendremos despiertos. Hablarán cuando el agotamiento los venza.

—Bien —le dije a Antonio por teléfono mientras me sentaba en el sofá de la sala para no molestar a Althaia, que estaba dormida. Abrí el cuaderno de bocetos que ella había dejado po...