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Te dijimos que no está casado

—Dios, alguien, por favor, llévenselo —se quejó Eden mientras empujaba a Lydia del banco y se sentaba.

Sus amigas jadearon y se alborotaron al ver el trabajo de Lucy cuando Eden se quitó las las enormes gafas de sol.

Estaban indignadas y querían venganza —Lydia más que las otras dos— cuando Eden ...