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Huele a advertencia

Aiden se quedó dormido incluso antes de que salieran de la farmacia, pero Liam se negó a ponerlo en su asiento de coche, insistiendo en sostenerlo durante todo el camino a casa.

—Sabes que estará bien, ¿verdad? —le aseguró Eden por millonésima vez.

Liam asintió tantas veces como ella lo había dich...