




Demasiado joven para ser tía
Eden regresó a su escritorio con la mente corriendo caóticamente. Iba a ser mamá. Estaba llevando al hijo de Liam Anderson, un ex piloto de carreras de motos, ahora CEO de una de las mayores empresas de logística en Rock Union. Un CEO casado.
Se había obsesionado con él esas primeras semanas después de su encuentro, consumiendo cada pequeña historia de tabloide que podía encontrar sobre él. Había muchas. Pero nada sobre su matrimonio. Supuso que había logrado mantener esa parte de su vida muy privada. Cuando quedó claro, con cada día que pasaba, que para Liam no era más que un encuentro casual, lo había sacado firmemente de su mente. Pero ahora tenía una parte de él creciendo dentro de ella...
—¿Estás bien? —preguntó Lucía, la otra asistente junior con la que trabajaba estrechamente, cuando Eden se sentó.
Asintió y rápidamente guardó su ecografía y la receta de vitaminas prenatales en su bolso. No quería que nadie en el trabajo supiera que estaba esperando un bebé. De todos modos, se enterarían en un par de meses. Pero por ahora, esperaba mantener su pequeño secreto el mayor tiempo posible.
—Estoy bien —añadió Eden sin razón alguna, solo para llenar la pausa incómoda. Lucía había intentado ser amiga, pero por alguna razón, Eden nunca pudo encariñarse con ella, tal vez porque sabía en el fondo que no planeaba quedarse mucho tiempo en Van Holt Industries.
—Bueno, avísame si necesitas algo —Lucía volvió a sus notas de la agenda, dejándola a reflexionar sobre su futuro muy desordenado.
Sus amigas estaban igual de sorprendidas cuando les contó sus no tan buenas noticias esa noche.
—¡Guau! Pero, ¿no usaron protección? —preguntó Sienna, la única pregunta que Eden misma había estado tratando de resolver.
—Lo hicimos —insistió, aunque ahora no estaba tan segura. Habían hecho el amor numerosas veces esa noche, así que es posible que, aunque empezaron con buenas intenciones, en algún momento el sentido común los abandonó.
—¡Dios mío, soy demasiado joven para ser tía! —Lydia suspiró dramáticamente y se dejó caer en el sofá.
Eden se sentó en el trono de nuevo hoy y miró contemplativamente el techo blanco como si todas las respuestas a las preguntas de la vida estuvieran escritas allí.
—Eso es bueno porque yo soy la madrina del bebé —dijo Sienna mientras le masajeaba los pies a Eden por razones desconocidas para Eden. Pero no estaba a punto de rechazar un masaje de pies gratis.
—Y yo soy la madrina del bebé —intervino Cassandra y le puso una taza de té de jengibre en la mano.
—¡Quiero estar embarazada para siempre! —dijo Eden. Podría acostumbrarse a todos estos mimos.
—Bueno, el bebé ya tiene dos tías, ¡que sin duda pelearán con ustedes por los roles de padrinos! —Lydia tenía que ser la aguafiestas.
Las tres se volvieron hacia Eden expectantes.
—¿Qué? —preguntó, encogiéndose de hombros.
—¿Se lo has dicho? —preguntó Cassandra.
—Literalmente acabo de enterarme —dijo Eden a la defensiva.
—Sí, pero ¿se lo dirás? —Sienna levantó una ceja interrogante—. Tienes que decírselo.
—Fue un encuentro casual, sabía lo que estaba haciendo —les recordó Eden—. Además, ahora tiene una nueva vida con su esposa y su elegante trabajo de CEO. ¡No vamos a alterar el orden de las cosas!
—¿Estás loca? Tiene derecho a saberlo —insistió Sienna.
—¡No cuando arruinará su matrimonio, no puedo hacerle eso!
—¡Uf, puedes dejar de hablar de ese matrimonio? ¿Dónde está la prueba de eso?
—Él me lo dijo. ¡Eso es prueba suficiente! —Eden cruzó los brazos sobre su pecho—. ¡No quiero hablar más de esto!
—Entonces elijamos nombres para el bebé —sugirió Lydia.
—¿Estás borracha? —Sienna y Cassandra la miraron con desaprobación.
—¡Todo lo que has dicho me hace creer que estás borracha! —dijo Sienna.
—Puede que haya pasado por el bar antes de venir a casa —Lydia se rio y se tomó una selfie de las cuatro, etiquetando la foto con cada sinónimo de bebé que Google le arrojó.
—¡Alguien por favor quítele el teléfono! —Eden gimió cuando su teléfono sonó y leyó el mensaje de sus padres.
—¿Por qué harías eso? ¿Por qué lo pondrías en tu estado cuando sabes que mis padres te tienen como contacto? —Eden gritó y se fue a su habitación para hacer control de daños.