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Jax no respondió, solo le hizo una peineta a Zane. Zane maldijo y se encerró en su oficina. El trabajo tendría que mantener su mente ocupada.

Ava observaba la ciudad moverse fuera de la ventana del coche. Su tía y tío charlaban en el asiento delantero sobre qué harían con el resto del dinero. Su t...