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Capítulo 38

Solo con la expresión en el rostro de Francesca, sentí como si hubiera entrado en un campo de batalla. Lucio y Enzo estaban sentados junto a Francesca y, mientras que Lucio y Enzo me dieron un asentimiento de reconocimiento, Francesca no lo hizo.

—¡Serena, por favor, siéntate! —Lucio me guió hacia ...