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Capítulo 36

Christian abrió la puerta de su habitación y casi se me cae la mandíbula. Como era de esperar, el dormitorio principal parecía de otro mundo y casi me cegó.

—¿Estás bien? —preguntó Christian y se sentó en su cama.

—S-sí, solo estoy pensando... tal vez debería ponerme el pijama.

—No es necesario, d...