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124 — «Mi buena chica».

«Dame tus bonitas manitas», ordena Julian con una sonrisa pretenciosa que me hace sentir mariposas en el estómago, y yo simplemente obedezco, extendiendo las manos.

Su mirada atenta se dirige a mis dedos, y se inclina para besar uno a uno hasta llegar a mi dedo anular. Se detiene ahí un momento, mir...