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64. Angel

Stefan no lo niega. Con su pene—pene duro—en la mano derecha, observaba cómo Reyes y Alekos me hacían un desastre al follarme hasta que no podía recordar qué día de la semana era. Y todavía no lo sé. Sus ojos se volvían negros de lujuria cada vez que tenía un orgasmo, y más de una vez, su mano se...