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53. Angel

Reyes aprieta el volante con fuerza. Sus nudillos se vuelven blancos mientras sale del garaje. —Te odié por la guitarra. Era de mi hermano. Pero mi demonio y yo te necesitamos más. Y no eres ni estúpida ni una zorra. Eres mi compañera. Mi otra mitad.

Suelto una risita pero rápidamente me tapo la b...