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Capítulo ciento treinta y tres

Sephie

Escuché pasos, luego la voz que moría por escuchar. —¡Sephie! ¿Estás herida?

—Resulta que fue realmente bueno, amigo. El día acaba de mejorar —le susurré al oído, apretándolo un poco más fuerte.

Los brazos de Adrik me rodearon en segundos. Respiré hondo, finalmente a salvo.

—Ivan está muy ...