Bibo Lili

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4 Stories of Bibo Lili

To be Daddy Alpha’s Good Girl

To be Daddy Alpha’s Good Girl

"Do you really think I paid a million dollars for you to come here and mop the floor?"" My master, Alpha Devon said. He settled onto the couch, one hand resting on the cushion while the other playfully gestured for me to approach.
I am Aray, just 18, a possession of the most formidable alpha. "To me, you're nothing but a breeder, " his words sliced through me. I had long known that my love for him was hopeless and foolish. However, I was naïve to think that was the end of the story.
Owned by the Lycan Prince

Owned by the Lycan Prince

On her 18th birthday, Emily faced betrayal. Her boyfriend turned out to be her sister’s mate. Not only did her father demand that she forgive her sister and her boyfriend’s betrayal, but he also asked her to preside over their wedding.
However, at the wedding, she met Prince Leon. He claimed that she was his mate. The prince had another engagement with another woman.
Emily’s best friend Lola told her that the best way to get the prince was to tie him to a bed.
"My sweet Emily, you only belong to me." Leon whispered on the bed.
Propiedad del Príncipe Licántropo

Propiedad del Príncipe Licántropo

El día de su decimoctavo cumpleaños, Emily enfrentó una traición. Su novio resultó ser el compañero de su hermana. No solo su padre le exigió que perdonara la traición de su hermana y su novio, sino que también le pidió que presidiera su boda.
Sin embargo, en la boda, conoció al príncipe Leon. Él afirmó que ella era su compañera. El príncipe tenía otro compromiso con otra mujer.
La mejor amiga de Emily, Lola, le dijo que la mejor manera de conseguir al príncipe era atarlo a una cama.
—Mi dulce Emily, solo me perteneces a mí —susurró Leon en la cama.
La buena chica de Papá Alfa

La buena chica de Papá Alfa

—¿De verdad crees que pagué un millón de dólares para que vinieras aquí a fregar el suelo? —dijo mi amo, Alpha Devon. Se acomodó en el sofá, con una mano descansando en el cojín mientras la otra me hacía un gesto juguetón para que me acercara.
Soy Aray, apenas tengo 18 años, y soy una posesión del alfa más formidable. —Para mí, no eres más que una criadora —sus palabras me atravesaron. Hacía tiempo que sabía que mi amor por él era desesperado y tonto. Sin embargo, fui ingenua al pensar que esa era el final de la historia.

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